la defensoría del pueblo en cifras
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Entre el 13 y 20 de mayo Página Siete Investiga recogió en el departamento de Santa Cruz testimonios de mujeres y hombres menonitas declarados en libertad que cuentan la forma cómo se vive en las colonias consideradas “radicales”. La mayoría son nacidos en Bolivia, bolivianos que reclaman sus derechos.

CAPÍTULO 1
CAPÍTULO 1

La escuela es sólo para aprender a sumar, restar, multiplicar y dividir. El miedo es la principal arma de los líderes para controlar al resto de la colonia.

CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 2

En la educación incumplieron con la obligación de incluir contenidos y maestros bolivianos y no votan. Apenas llegaron, el Estado abandonó el proceso de su asentamiento y creación de nuevas colonias.

CAPÍTULO 3
CAPÍTULO 3

En 2017 Helen huyó de la colonia con su novio. Estaba embarazada, la capturaron y la llevaron de regreso para casarla con otro hombre. Anna denunció que fue ultraja sexualmente por su padre y desapareció.

CAPÍTULO 4
CAPÍTULO 4

Freezen y Franz denuncian que después de leer la Biblia los líderes de la colonia comenzaron a visitar con frecuencia sus casas y convencieron a sus esposas que los abandonaran. Las hicieron sentir culpables.

CAPÍTULO 5
CAPÍTULO 5

Los menonitas bolivianos que iniciaron la obra en una propiedad privada entraron en confusión respecto a si su accionar es legal o no cuando el abogado de la colonia los demandó por “daño temido”.

CAPÍTULO 6
CAPÍTULO 6

La comunidad tiene como prioridad la educación y contener emocionalmente a los menonitas excomunicados que llegan a sus tierras lastimados moralmente y emocionalmente. Comenzaron a tener problemas con los ortodoxos.

CAPÍTULO 7
CAPÍTULO 7

Erico Suárez, representante legal de Cornelius Firesen, jefe de la colonia Valle Nuevo: “Es como cuando usted tiene un niño malcriado que quiere hacer lo que quiere”

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INICIO
CAPÍTULO 1
UNA VIDA EN BLANCO Y NEGRO PARA SER CANDIDATO AL CIELO
CAPÍTULO 2
BOLIVIA, EL PAÍS CON MÁS MENONITAS “RADICALES” OLVIDADOS POR EL ESTADO
CAPÍTULO 3
SER MUJER EN LA COLONIA RADICAL: SIN DECISIÓN Y SOPORTAR VIOLACIONES
CAPÍTULO 4
NEGOCIOS QUEBRADOS, SIN TRABAJO, DIVORCIOS Y JUICIOS POR PRENDER UN FOCO...
CAPÍTULO 5
LA LUCHA POR UNA ESCUELA BOLIVIANA ROCIADA CON VENENO Y UNA DEMANDA
CAPÍTULO 6
SER REBELDE, LIBERARSE Y DESCUBRIR LA LUZ, LOS COLORES Y MATICES DEL MUNDO
CAPÍTULO 7
ENTREVISTA AL ABOGADO ERICO SUÁREZ
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AUTORA: IVONE JUÁREZ ZEBALLOS

27 – 05 – 2022

VIDEO, FOTOGRAFÍA Y EDICIÓN DE IMAGEN

MAYRA PEÑALOZA JUÁREZ

COORDINACIÓN Y EDICIÓN WEB

CARLA HANNOVER

DISEÑO Y PROGRAMACIÓN

ENRIQUE CRUZ PUENTE

AUTORA: IVONE JUÁREZ ZEBALLOS

27 – 05 – 2022

VIDEO, FOTOGRAFÍA Y EDICIÓN DE IMAGEN:

MAYRA PEÑALOZA JUÁREZ


COORDINACIÓN Y EDICIÓN WEB:

CARLA HANNOVER


DISEÑO Y PROGRAMACIÓN:

ENRIQUE CRUZ PUENTE

Ser mujer en la colonia radical: sin decisión y soportar violaciones

En 2017 Helen huyó de la colonia con su novio. Estaba embarazada, la capturaron y la llevaron de regreso para casarla con otro hombre. Anna Janzen denunció que fue ultraja sexualmente por su padre y desapareció.

Helen, joven menonita boliviana, era mayor de edad cuando en 2017 decidió huir de la colonia Nueva Esperanza con su novio Willam Wieler, también mayor de edad. Estaba embarazada y ambos decidieron casarse; sin embargo, antes de que la boda se concretara,  sus padres y algunos miembros de la colonia la encontraron y se la llevaron a la fuerza nuevamente a Nueva Esperanza, donde la obligaron a casarse con otro hombre. 

En 2021, Anna Janzen, joven de la misma colonia, pidió ayuda a su novio para huir. Entonces tenía 17 años. Su padre denunció al enamorado por rapto. La Policía la buscó, la encontró y en la valoración psicológica ella reveló que escapó de su padre porque la agredía sexualmente desde los 13 años. Pero eso no era todo: su progenitor también abusaba a sus tres hermanas menores.  Tras pasar de denunciante ha denunciado, el padre de Anna Janzen, con ayuda de gente y líderes de la colonia, prácticamente la raptó de las puertas de la Defensoría de San José de Chiquitos en Santa Cruz, agrediendo a los funcionarios. Desde entonces no se supo más de ella. Sólo apareció un nuevo informe psicológico sin requerimiento fiscal, en el que ella niega las acusaciones contra su padre.

No se pudo hacer nada para ayudar a sus hermanas porque no se logró ingresar a la colonia. Su madre declaró “no querer más problemas” porque su marido había pedido perdón a los ministros y éstos lo habían absuelto.  

Pero el progenitor fue finalmente detenido, pero hasta hora es mantenido en la carceleta de San José, de donde sale a trabajar. Correspondía que fuese encarcelado en Palmasola, asegura los abogados que ven la causa.

Página Siete consultó con el fiscal de San José de Chiquitos cargo del caso Juan Carlos Pereira, quien confirmó que las investigaciones, sobre todo en el caso de las hermanas de Anna Janzen, tropezaron con “el modelo de cultura o religión que tienen los menonitas, obstaculizando la averiguación de la verdad, mediante sus ministros y personas de alto rango”.

Escuche la entrevista al fiscal de San José de Chiquitos cargo del caso Juan Carlos Pereira

Sobre el caso de la detención del padre de Anna Janzen, este medio buscó a la juez Carmen Paz que determinó mantenerlo en San José. No pudo conversar con la autoridad porque las dolencias cardiacas que padece, según indicó su secretaria.

Los casos Anna Janzen y Helena grafican de alguna manera la vida de la mujer menonita en las colonias ortodoxas: sin tomar en cuenta sus decisiones y víctima de violaciones, que en muchos casos no pueden ser resueltas en la justicia boliviana por intervención de las colonias. 

Más prohibiciones

Peter Schmitt nació y creció en una colonia ortodoxa y sabe cómo es la vida de las mujeres desde niñas. Asegura que están “más castigadas que los varones”. “Sólo trabajan en la casa.  Ellas no entienden el castellano, no saben responder, se asustan”, precisa.

El pastor menonita William Kehler afirma que la colonia ortodoxa es “un mundo muy pequeño y con muchas desventajas para la mujer.

 “De niña va a la escuela un año menos que el varón. Si tiene 22 o 23 años y no está casada, con cuatro o cinco hijos, debe continuar con sus padres hasta el fin de su vida”, dice.

“Los varones pueden trabajar, comprar su terreno, maquinaria, tener un emprendimiento, las mujeres no”, añade.

Y ellas guarden silencio hasta que tengan la autorización de hablar. “No saben hablar cuando no están los hombres”, dice Peter Schmitt.

Gertruda Janzen creció en una colonia ortodoxa y recuerda que la culpa y la vergüenza son una constante en la vida de las mujeres. “No hablan a las mujeres, solo dicen si su falda está muy corta, si sus sandalias no son negras”, dice. 

Huyó de su colonia hace casi 30 años y hasta ahora guarda la sensación de ese día: “Salí como volando, estaba tan contenta porque podía salir, no tener esa presión  con los vestidos oscuros, el cabello siempre amarrado y el trabajo sólo en la casa”. 

Entrevista a Gertruda Janzen

Kehler remarca que la mujer menonita es tomada en cuenta por los líderes cuando el varón “intenta alejarse de su control”. “Se les mete la culpa y el miedo de que el hombre está equivocado y se puede presionar a través de ella”, señala.

Pero aún así, Kehler afirma que ellas son una amenaza para el poder de los líderes. “Cuando un hombre huye tienen paciencia, pero cuando es una mujer saben que es una amenaza a su poder, porque el varón puede volver por la mujer o la novia; pero ellas  no vuelven. Y saben que si una sale puede salir luego será otra y otra”, dice.

Y es por esa razón que las persiguen, como pasó con Anna Wieler, que en diciembre de 2021 huyó de la colonia Nueva Esperanza con su novio Peter para casarse y vivir fuera. Lo lograron gracias a la ayuda de la Asociación Departamental de Derechos Humanos de Santa Cruz, que tramitó sus documentos de identidad y concretó su unión en un registro civil. La entidad no quiso que pasara lo mismo que con Helena, que fue llevada a la fuerza a la colonia y casada con otro hombre. Helen es hermana de Anna Wieler y William hermano de Peter. 

Después de haberse casado, Anna Wieler fue retenida horas por gente de la colonia cuando entró a ésta a ver a su familia. Se necesitó la intervención de Derechos Humanos para que la liberaran.  Volvió para reiterarle sus padres y hermanos el mensaje que les envió cuando se vio fuera  de la colonia: “Quiero salir de la colonia, volveré algún día, pero ahora quiero salir”.

Crédito: Mayra Peñaloza /Página Siete Investiga

Peter Wieler junto al pastor Willam Kehler, su esposa Anna, y el presidente de Derechos Humanos de Santa Cruz, Víctor Hugo Velasco
Peter Wieler junto al pastor Willam Kehler, su esposa Anna, y el presidente de Derechos Humanos de Santa Cruz, Víctor Hugo Velasco

Violaciones masivas en 2009 y 2021

En 2009 y este 2022, a la justicia boliviana llegaron los casos de violaciones masivas en las colonias menonitas Manitoba, Belice y Piedras III. 

En el primero se estableció que  fueron ultrajadas 150 mujeres. En el segundo 25. El móvil común: el uso de un spray que adormecía a las víctimas. Los acusados, 10 menonitas en el primer caso, y 3 en el último fueron encarcelados.

Peter Wiebe es uno de los menonitas que en 2009 fue encarcelado acusado de ser el proveedor del spray. “Estuve  en cárcel ocho años, siete meses y 14 días”, dice a Página Siete y se declara inocente.

“Me metieron a la cárcel para cubrir sus propios pecados. La mayorías de los denunciantes son violadores de sus propias hijas”, afirma. Señala que estando preso vendió sus tierras  en Swift Curet a precio de “gallina muerta”.

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