Desvíos, desmonte y drenajes mermaron por casi dos décadas la llegada de aguas a la laguna
Impacto: Bosques que ya no se humedecen y disminución de agua en la laguna hasta quedar seca.
Crédito: Gabriel Díez / Página Siete Plus Investiga.
TEXTO, VIDEOS Y ELEMENTOS MULTIMEDIA
GABRIEL DÍEZ LACUNZA
24 – 06 – 2022
DISEÑO
LOREN CARRI H.
EDICIÓN Y COORDINACIÓN GENERAL
CARLA HANNOVER
PROGRAMACIÓN
ENRIQUE CRUZ PUENTE
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GABRIEL DÍEZ LACUNZA
24 – 06 – 2022
DISEÑO:
LOREN CARRI H.
EDICIÓN Y COORDINACIÓN GENERAL:
CARLA HANNOVER
PROGRAMACIÓN:
ENRIQUE CRUZ PUENTE
Cerca de la estancia San Roque, a siete kilómetros al noreste de la laguna Concepción, Maicol —el cuidador, ataviado con botas de goma, unos jeans desgastados con el bolsillo trasero derecho roto hasta la mitad, una chompa ligera, un chaleco color caqui y un sombrero de cowboy— dice que el agua en ese lugar en mayo de 2021, hace poco más de un año, le llegaba a las canillas. Se refiere al agua del desborde del río Quimome. Ahora, todo es seco en esta área que habitualmente es un bosque húmedo por estaciones.
La cuenca a la cual pertenece el Quimome —principal afluente de la laguna Concepción por rebalse, no así de manera directa— está amenazada de forma permanente desde hace más de 20 años desde sus nacientes. Según el ingeniero ambiental Heinz Arno Drawert existen varios elementos que afectan a este sistema hídrico que se alimenta, además del Quimome, de otras 10 microcuencas. En un contacto Zoom con este medio, Arno enlista: avance de la frontera agrícola, tráfico de tierras a gran escala, dotación de tierras y avasallamiento, desmontes y drenajes, entre otros. “Es una de las cuencas con mayor presión actualmente”, lamenta.
Por ejemplo, 104.172 hectáreas en 2020 fueron afectadas por los incendios en la cuenca del río Parapetí —que luego deriva en el Quimome—, el 2,6% del total de la cobertura boscosa, según el Plan estratégico para la implementación del Plan de recuperación de las áreas afectadas por los incendios en el departamento de Santa Cruz de junio de 2020. “Existe una afectación importante en las cuencas que nutren de agua a toda la región, colocándolas en un estado de vulnerabilidad importante”, se lee en ese documento en relación a las consecuencias del fuego.
Ese mismo 2020 sorprendió la noticia de la mortandad de peces al sur de la laguna Concepción; un hecho similar había ocurrido en 2001. En noviembre de 2020 la Gobernación cruceña anunció un estudio hidrológico en el lugar y evidenció ya entonces una sequía en el 50% de la superficie de este humedal.
Aguas desviadas, drenadas y una laguna sin aporte
Durante mucho tiempo se manejó la información de que en las cercanías a la laguna el agua estaba siendo desviada. Eso es parcialmente cierto. El investigador Arno, luego de haber acompañado a una comisión fiscal el año pasado al área, cuenta de qué se trata en realidad. En resumen, a los agroproductores no les conviene que ningún suelo esté demasiado húmedo, pues echaría a perder sus cultivos de soya, maíz y sorgo; no resistirían y se echarían a perder. Al ser el área este de la laguna una llanura de inundación, principalmente por el desborde natural del río Quimome —también incide la lluvia— eso fue visto como un inconveniente para los fines de la producción agrícola.
¿Qué papel tienen los menonitas? Arno detalla: “A recomendación de alguien, que hay que averiguar quién es, [los menonitas] han desmontado estas llanuras de inundación (…). Se hacen unos canales de drenaje que evitan que el agua se estanque…”. Entonces, al existir esos canales hay una afectación directa a la laguna pues el habitual flujo de rebalse del río Quimome en vez de atravesar primero el bosque e inundarlo y luego ingresar a la laguna directamente, va por otro curso, el de los drenajes.
Y ese otro curso, en efecto, pasa por las colonias menonitas y luego el agua, cuando hay agua, ingresa a la laguna pero ya disminuida en cantidad y con sedimentos que aceleran su proceso de ganar altura y al final se convierte en un factor más para la sequía. En 2008 el investigador Omar Rocha Olivio ya había anunciado que el drenaje de aguas para la agricultura era un factor de amenaza en la laguna Concepción. “Desafortunadamente, los humedales están entre los ecosistemas más amenazados del mundo como resultado del drenaje, transformándolos para destinarlos a otros usos”.
Datos del GAM Pailón en respuesta a la petición de información de Cecilia Requena. Se detalla qué normas y recomendaciones no se cumplen del Plan de Manejo.
En la Ley Forestal de 1996 se establece que el desarrollo forestal sostenible implica, entre otras cosas, proteger y rehabilitar las cuencas hidrográficas, “prevenir y detener la erosión de la tierra y la degradación de los bosques, praderas, suelos y aguas, y promover la forestación y reforestación”. Mientras que la Ley 300 de la Madre Tierra plantea desarrollar políticas para el cuidado y protección de las cabeceras de cuenca, fuentes de agua y reservorios que estén afectados por el cambio climático y la ampliación de la frontera agrícola. De todo lo mencionado ¿qué aspectos fueron cumplidos por el Estado?
Pensar en una solución a la problemática de la laguna Concepción y de su cuenca de alimentación no pasa por un trabajo solo en los alrededores, ensaya Arno, sino que hay que ir mucho más allá. “Si trabajamos fuertemente sobre lo que sucede en el área de influencia inmediata de la laguna Concepción…”, explica el biólogo.
Fuente: Elaboración y Actualización de Planes de Manejo: Diagnostico y Manejo Hidrológico. Laguna Concepción, Santa Cruz la Vieja y Valle de Tucabaca (2011).
¿Este factor de amenaza estaba advertido?
Sí, hubo al menos cinco advertencias registradas en los siguientes documentos:
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