AUTOR
SERGIO MENDOZA REYES
09 – 12 – 2022
ILUSTRACIONES
ABEL BELLIDO CÓRDOVA (ABECOR)
EDITORA WEB Y DE CONTENIDOS
CARLA HANNOVER
PROGRAMACIÓN
ENRIQUE CRUZ PUENTE
autor
SERGIO MENDOZA REYES
09 – 12 – 2022
ILUSTRACIONES:
ABEL BELLIDO CÓRDOVA (ABECOR)
EDITORA WEB Y DE CONTENIDOS:
CARLA HANNOVER
PROGRAMACIÓN:
ENRIQUE CRUZ PUENTE
Textos escolares utilizados como medio de propaganda política y de ideologización de las mentes jóvenes, en etapa de formación, son parte de la currícula educativa boliviana hace ya varios años. Sin embargo, en los últimos dos años, los mensajes se han vuelto más directos y refuerzan con ejercicios no sólo una ideología, sino una versión de la historia recortada a conveniencia del partido de Gobierno.
“Si el Estado boliviano quiere potenciarse, la empresa privada ligada al imperialismo tiene que desaparecer o ser fuertemente controlada”, recita un texto escolar público correspondiente al último grado del bachillerato en Bolivia. De este ejemplar se repartieron miles de copias en todo el país para llegar a la mayor cantidad de mentes adolescentes en etapa de formación.
Yo lo tengo enfrente en una librería en la zona de Sopocachi de la ciudad de La Paz administrada por el Ministerio de Educación. El espacio se abrió no hace mucho para albergar, principalmente, libros producidos por el mismo Estado, y cuyas audiencias son esencialmente la población escolar: alumnos y profesores.
Un hombre menudo, de rostro moreno, anteojos de marco grueso, y con una gentileza que todo funcionario público debiera tener, me guió hasta el estante donde estaban estos textos, aunque no es que haya muchos.
“Un oficial del Ejército le coloca a la autoproclamada Añez la banda presidencial en una clara muestra simbólica del Golpe de Estado que se estaba protagonizando”, leo en otra de las páginas del mismo libro. Le tomo una fotografía y hojeo en busca de los datos que reflejen los hechos que antecedieron a la posesión de Jeanine Añez; algo de contexto que respalde estas afirmaciones o que le dé equilibrio a la historia. Hechos que como periodista aún aún mantengo frescos en la mente, que condujeron a lo que el Gobierno ahora llama un “Golpe de Estado”. No encuentro nada.
Ingreso de la Biblioteca del Ministerio de Educación, Sopocachi, La Paz.
Foto: Sergio Mendoza.
Estas frases son sólo algunas de las cientos que fueron plasmadas en estos textos escolares que el gobierno de Luis Arce –por muchos años ministro de Economía de Morales-, repartió en los colegios a fines de la gestión 2021 y durante el 2022. Con ellos, se busca difundir el discurso oficialista y la ideología política del MAS, y de esta forma grabar en la mente de las nuevas generaciones una única versión de los hechos más recientes ocurridos en la historia boliviana.
Este proyecto propagandístico ha sido calificado por expertos, maestros y padres de familia como una campaña de adoctrinamiento al puro estilo de un gobierno totalitario. Desde el Ministerio de Educación, sin conceder entrevistas ni brindar información requerida para este reportaje, simplemente se negó que haya adoctrinamiento. Mientras que el exministro de Educación, Roberto Aguilar, matizó los términos, relativizó lo que ocurre, y sostuvo que no se debe confundir “adoctrinar” con “ideologizar”. Para la ex-autoridad, que ahora se dedica a la investigación académica en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), no hay tal adoctrinamiento, sino “una interpretación, una forma de ver y comprender la vida, la sociedad, el mundo”.
El contenido de los textos de sexto de secundaria del 2021 y 2022 no sólo “interpreta” la historia de la misma manera en la que el MAS y sus líderes la hacen, sino que suprime hechos relevantes para comprenderla con mayor veracidad, y estos acontecimientos eliminados en sus páginas, pero presentes en la memoria de buena parte de la población, son justamente aquellos que las actuales autoridades y los miembros de su partido niegan o evitan recordar.
SIGUIENTE CAPÍTULO